Los cipreses, con su silueta esbelta y su follaje siempre verde, son más que simples árboles en el paisaje solemne de los cementerios. Históricamente, se les ha vinculado con la vida eterna y la protección espiritual, una conexión que se remonta a tiempos antiguos y atraviesa diversas culturas. En la mitología griega, por ejemplo, el ciprés estaba consagrado a Hades, el dios del inframundo, simbolizando el paso del alma hacia el otro mundo.
Además de su significado simbólico, los cipreses aportan ventajas prácticas que los hacen ideales para los cementerios. Su sistema radicular, que se extiende principalmente en profundidad, minimiza el riesgo de dañar las estructuras subterráneas, como las tumbas y los ataúdes. Esta característica es crucial para preservar la integridad de los lugares de descanso eterno, evitando problemas que podrían surgir con otras especies arbóreas cuyos sistemas de raíces se expanden horizontalmente.
La resistencia del ciprés a las condiciones climáticas adversas también contribuye a su popularidad en estos espacios. Su capacidad para permanecer verde durante todo el año ofrece una sensación de continuidad y esperanza, incluso en los meses más fríos y desolados. Además, su mantenimiento relativamente bajo lo convierte en una opción práctica para el mantenimiento de los cementerios que buscan combinar belleza y funcionalidad en sus paisajes.
Así, los cipreses no solo son testigos silenciosos del paso del tiempo y de las visitas de los familiares, sino que también se erigen como guardianes simbólicos y físicos del reposo eterno, entrelazando tradición, simbolismo y utilidad en un solo ser viviente. Esta combinación de atributos explica por qué, a lo largo de los siglos, los cipreses han mantenido su lugar como centinelas de los cementerios, contribuyendo a un ambiente de respeto, reflexión y paz.
Os dejamos más información del ciprés más famoso de España situado en el Monasterio de Silos en la provincia de Burgos.
Ciprés de Silos
El Ciprés de Silos es uno de los árboles más famosos del mundo, se encuentra dentro del claustro románico del Monasterio en Santo Domingo de Silos. Su acceso es sencillo previo permiso.
El ciprés tiene una altura de 24,5 metros, de perímetro tiene 2,7 metros y de copa 2,9 m. x 2,9m.
Localización Ciprés de Silos Google Maps
Se trata de uno de los cipreses más viejos que podemos encontrar en nuestro país, habiendo sido plantado en 1882 por los monjes restauradores franceses cuando ajardinaron el claustro. Inicialmente se plantaron 4 árboles pero solo ha sobrevivido este ejemplar.
Fuente: Fundación Oxígeno
En 1924, Gerardo Diego durmió una noche y escribió su famoso poema.
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.Gerardo Diego
Más sobre el Ciprés: Cupressus sempervirens
Fuente: Catálogo provincial de árboles singulares. Diputación Provincial de Burgos
Sirve para ahuyentar a las polillas, pero su uso principal en nuestro entorno es en jardinería y para la sujeción de laderas y taludes en obras de restauración forestal.
Árbol muy longevo que puede alcanzar hasta los 35 metros de altura. Posee el tronco recto y columnar, formando una copa muy alargada y estrecha. De hoja perenne, sus “frutos” o conos femeninos, de 20 a 40 mm, son de color verde al principio tornándose pardo-grisáceos en la madurez.