
Diario de Burgos: Maderas Susaeta vuelve a brotar
La serrería retoma gran parte de su producción tras el incendio del 1 de octubre, pero aún quedan meses para recuperar la normalidad.
O. Casado. Miranda / 3 /11/ 24
Arturo Susaeta reconoce que tenía dos miedos: un incendio o un accidente laboral grave. El gerente encarna a la tercera generación de una empresa emblemática en Miranda: Madera Susaeta. Por eso, puede decirse que ha mamado todo lo relacionado con la serrería y que conoce el negocio a la perfección, para lo bueno y para lo malo. El peor escenario se cumplió el 1 de octubre, cuando en el parón para comer, un chispazo cambió el rumbo para este aserradero de más de 80 años de historia, que ahora vuelve a brotar en sus instalaciones junto a la N-1.
El desánimo de los primeros días quedó atrás y ahora estamos más tranquilos, más metidos en el día a día del trabajo y cumpliendo con los pedidos que tenemos, afirma Susaeta, quien reconoce que, aunque los clientes por lo general han respondido, este mes de octubre sí que ha sido más flojo y hemos tenido menos pedidos, por las propias dudas sobre lo que podemos hacer. Además, hay que entender que la primera semana se quedaron prácticamente a oscuras, porque las llamas afectaron al entramado eléctrico y en eso tuvimos que meter prisa, asume. Ahí estuvo el primer hito que conquistar, porque lo primordial era que las máquinas volvieran a serrar.
El objetivo se cumplió y gracias a eso, una parte importante de la fábrica ya está en funcionamiento. El responsable explica que el negocio más tradicional, la venta de madera más en bruto, está en marcha, porque ahora ya podemos cerrar los troncos para sacar los tablones, los podemos cepillar y hacer los cortes básicos, detalla Susaeta. Por el contrario, los trabajos más finos se han visto más afectados, aunque no dejamos a ningún cliente tirado, y si hay que ganar menos para llevarlo a otro sitio, lo hacemos, aclara, porque el reto pasa por no perder a nadie.
El gerente no oculta que la parte calcinada va a costar más tiempo para empezar; la recuperación de la normalidad total depende de la burocracia, ya que quedan conversaciones con el seguro, que es algo que va más despacio de lo que nos gustaría, porque también nos han pedido que entreguemos informes y varios presupuestos diferentes de la maquinaria o de la reparación de las propias instalaciones.
El gerente reconoce que la parte suspendida es la más elaborada, en la que en los últimos años habían invertido para crecer como serrería. Es mala suerte que donde más daños tuvimos es por ahí, reflexiona Susaeta, quien espera que en menos de un año esta parte del negocio se integre día a día.
La factura total la calcularon en más de 300.000 €, y todo apunta a que se moverán en esas cifras. También hay que tener en cuenta los propios daños estructurales que habrá que reparar. Aun así, Susaeta recalca que hemos estado disgustados y preocupados, pero tras un mes ya empezamos a ver la luz tras un incendio como el que vimos peligrar nuestro negocio, nuestra forma de vida y la ilusión por un taller en el que hemos luchado por crecer. Por eso admite que ahora ya tenemos la ilusión de dejarlo igual de bonito o incluso más.